Ya para 2001 se estimaba que en España se realizaban 16.821 plastias de LCA anuales, estos números han ido en aumento a través de los años, y lo vemos reflejado en los ingresos que tenemos periódicamente en FisioClinics Palma, ya que es una de las operaciones que más frecuentemente rehabilitamos en nuestra clínica de Fisioterapia.
Aunque la lesión o rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) no se trata de una lesión exclusiva de deportistas, solemos verlas con mayor frecuencia en pacientes que practican deportes como fútbol, basquetbol, balonmano, tenis o pádel. En el siguiente artículo, te brindaremos información relacionada a esta frecuente lesión y cómo es la rehabilitación del LCA:
¿Qué es una Rotura de ligamento cruzado anterior (LCA)?
Antes de hablar sobre la rehabilitación del LCA, queremos brindarte valiosa información sobre esta lesión. Cómo comentamos previamente la rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) suele ser una lesión deportiva. El LCA es un haz fuerte de fibras de tejido conectivo que está dentro de la articulación de la rodilla y que se adhiere a la parte posterior del hueso del muslo (fémur) con la parte anterior de la tibia, resultando ser uno de los ligamentos más importantes de la rodilla. Esto debido a que ofrece una gran estabilidad a la rodilla, previniendo y estabilizando los movimientos de rotación excesiva de la rodilla, estiramiento excesivo de la rodilla (sobreextensión) y el desplazamiento anterior de la tibia con respecto al hueso del muslo. Cuando los movimientos anteriores se realizan con mucha fuerza y en gran medida de tal manera que exceden las fuerzas y la elasticidad del ligamento cruzado anterior (situación frecuente en el deporte), tenemos cómo resultado un ligamento roto.
Clasificación de una Rotura de ligamento cruzado anterior (LCA)
Esta lesión deportiva es clasificada según el tamaño y la magnitud fibras separadas, con frecuencia esto también se ve relacionado a los síntomas que ocasiona, por ejemplo, una rotura incompleta puede producir poco dolor, mientras que la rotura completa produce un dolor intenso y discapacidad. Siendo así, la rotura del ligamento cruzado anterior se clasifica de la siguiente manera:
- Grado 1: una pequeña cantidad de fibras del ligamento se han separado causando un poco de dolor, pero que permite el movimiento completo de la rodilla.
- Grado 2: una cantidad significativa de fibras del ligamento se han roto, por lo que también provoca una restricción parcial del movimiento de la rodilla.
- Grado 3: todas las fibras del ligamento se han roto, lo que resulta en inestabilidad de la rodilla y severa pérdida de función y movimiento. Otras estructuras de la rodilla, como los meniscos y los ligamentos laterales, suelen estar lesionadas en este grado de lesión. En estos casos es necesaria primeramente una rehabilitación quirúrgica.
¿Qué complicaciones puede implicar una Rotura de ligamento cruzado anterior (LCA)?
La rotura de LCA con frecuencia no ocurre de forma aislada, esto quiere decir que la lesión puede implicar que otras estructuras adyacentes al ligamento también se ven lesionadas, bien sea en el momento de la rotura o posterior. Te nombraremos cuales son las complicaciones más comunes a continuación:
- Rotura del ligamento cruzado posterior (LCP).
- Daños al cartílago articular.
- Rotura del menisco externo.
- Daño del ligamento externo o interno de la rodilla.
- Gonartrosis o artrosis secundaria de la rodilla como resultado de la función deficiente del menisco o del ligamento lesionado.
Rotura de ligamento cruzado anterior
Se puede decir que este ligamento es el más lesionado en la rodilla, es por ello que queremos aclararte de manera detallada, de que se trata esta afección y cuáles son los factores relacionados a su proceso de rehabilitación desde el momento del diagnóstico. Descubre en el siguiente vídeo cómo se diagnóstica está lesión y cuáles son los tratamientos médicos y desde la fisioterapia disponibles más efectivos para lograr rehabilitar una rotura de LCA:
¿Por qué se produce una Rotura de ligamento cruzado anterior (LCA)?
Ciertas situaciones pueden sobrecargar el ligamento cruzado anterior, hasta el punto de separar la continuidad de sus fibras, muchas de estas situaciones no implican un contacto o golpe directo a la rodilla como frecuentemente se cree. Esta lesión se produce en realidad con un movimiento brusco, aunque en ocasiones ocurre debido a cargas repetitivas ejercidas sobre la articulación. Hay cientos movimientos principales que cargan el ligamento cruzado anterior, el mecanismo de esta lesión implica:
- Inclinación ipsilateral de tronco y rotación contralateral.
- Abducción de cadera.
- Valgo dinámico de rodilla.
- Pie plano y rotado externamente.
Cuando ocurre una rotación de rodilla, una sobrextensión de rodilla o un desplazamiento anterior de la tibia (o todos los movimientos combinados) y la carga ejercida sobre la articulación es mayor de lo que puede soportar, entonces tenemos la rotura de este ligamento.
Esta combinación de movimientos que constituye el mecanismo de la lesión, se encuentra a menudo en deportes de contacto (por ejemplo, fútbol, baloncesto) o en deportes que requieren cambios bruscos de rumbo (por ejemplo, esquí, tenis, pádel). El mecanismo de lesión más común es la rotación del muslo sobre la tibia cuando el peso de todo el cuerpo cae sobre una pierna (por ejemplo, al caer de un salto). Otro mecanismo de lesión frecuente es cuando una fuerza externa hace que la rodilla cree un valgo dinámico (por ejemplo, cuando un jugador cae con fuerza en la parte exterior de la rodilla de otro jugador).
Síntomas y signos de la Rotura de ligamento cruzado anterior (LCA). ¿Cómo sé si tengo el LCA roto?
Los pacientes con una rotura del ligamento cruzado anterior reportan haber escuchado un "clic" en el momento de la lesión. Cuando la rotura es de un grado leve, la actividad deportiva puede continuar y el dolor, la hinchazón y la rigidez pueden aparecer o aumentar después del final de la actividad o a la mañana siguiente. Con frecuencia, el paciente experimenta el dolor muy dentro de la rodilla y es difícil de detectar su origen especifico.
En caso de rotura total o lesión grado 3, el paciente indica la presencia de un dolor intenso durante la lesión, aunque con frecuencia desaparece rápidamente.
En caso de rotura total o lesión grado 3, el paciente indica la presencia de un dolor intenso durante la lesión, aunque en ocasiones desaparece rápidamente. Los pacientes también experimentan la sensación de que la rodilla se "sale" de su posición y vuelve a entrar. En una lesión grado 3 es imposible continuar con la actividad e incluso es muy difícil descargar el peso del cuerpo sobre la rodilla comprometida, esto debido al intenso dolor y la inestabilidad articular de la rodilla lesionada. Cada cuerpo es distinto, y la percepción del dolor también lo es, por lo que los síntomas van a variar en cada caso.
Los síntomas más frecuentemente asociados a una rotura de LCA son:
- Presencia de un sonido o clic en el momento preciso de la lesión.
- Dolor en la profundidad de la rodilla, que puede ser intenso o leve.
- Movimiento de extensión restringido.
- Rodilla lesionada notablemente inflamada o hinchada.
- Sensación de inestabilidad articular, la tibia se desplaza más anteriormente (signo que no tan visible a consecuencia de la inflamación).
- Leve sensibilidad generalizada y dolor a la presión de rodilla.
Diagnóstico diferencial de la Rotura de ligamento cruzado anterior (LCA)
Como comentamos previamente los síntomas y signos que generan esta lesión, pueden ser muy variables, lo que implica la necesidad de la realización de un diagnóstico diferencial, que permita la identificación correcta de esta lesión sobre otras que ocasionan las mismas molestias. Además, en ocasiones la rotura de un ligamento cruzado anterior implica la presencia de otra estructura lesionada que también requiere de tratamiento. Los diagnósticos diferenciales de una rotura de ligamento cruzado anterior son:
- Rotura de ligamento cruzado posterior (LCP).
- Lesión de los ligamentos colaterales.
- Lesiones meniscales.
- Fractura de la meseta tibial.
- Fractura epifisaria de fémur o tibia.
- Quiste poplíteo.
- Fractura osteocondral.
¿Cómo saber si hay una rotura de ligamentos de rodilla?
Dado lo complejo del diagnóstico diferencial de esta lesión, queremos brindarte en el siguiente vídeo algunas recomendaciones que, en principio podrían ayudarte a identificar esta lesión, previo a la visita del médico. Sin embargo, es importante destacar que en ningún caso va a sustituir el diagnóstico y asesoramiento de un profesional de salud entrenado y certificado en el área, por lo que les recomendamos que ante cualquier sensación de lesión acuda a un médico o fisioterapeuta certificado, profesional que podrá brindarle un diagnóstico certero.
Tratamiento de la Rotura de ligamento cruzado anterior (LCA)
La mayoría de los pacientes que recibimos con una rotura de LCA de primer o segundo grado, se recuperan satisfactoriamente con fisioterapia y tratamiento médico conservador. La tasa de éxito del tratamiento fisioterapéutico depende en gran medida de la cooperación del paciente con el fisioterapeuta. El tratamiento inmediato y adecuado es la clave para una rápida recuperación del problema. El tratamiento tanto médico como fisioterapéutico durante las primeras 72 horas tiene como objetivo reducir el dolor y la hinchazón.
Determinar si el tratamiento debe ser quirúrgico o conservador depende varios factores, tal como el grado de la lesión, la edad de la paciente, el nivel de actividad física que mantiene el paciente, entre otros factores como la presencia de otras lesiones que la acompañan. Siendo así, el tratamiento será individual, diferente en cada caso.
En el tratamiento quirúrgico, el cirujano busca básicamente reparar o volver a enlazar las fibras del ligamento roto, esto mediante un injerto tendinoso que puede ser del propio paciente (autoinjerto), proveniente de un donante (aloinjertos) o de material sintético. Además, en el caso que otra estructura este lesionada, la misma será reparada en el mismo procedimiento quirúrgico. Si has sufrido una lesión de ligamentos cruzados y te han indicado cirugía como tratamiento ¡Contáctanos! En FisioClinics Palma podemos ayudarte, lograr mejorar los efectos de la rehabilitación es posible con ayuda de un tratamiento rehabilitador previo a la cirugía.
Rehabilitación de LCA (ligamento cruzado anterior)
La rehabilitación comienza en el momento de la lesión y no en el momento de la cirugía. El cumplimiento de esto es vital, porque se minimiza la hinchazón, se mejora el rango de movimiento y obtenemos el mejor resultado posible en caso de cirugía. La rehabilitación es necesaria para fortalecer los músculos que sostienen y mueven la rodilla. Al mismo tiempo, la rehabilitación le ayuda a recuperar su flexibilidad, reduce su dolor y evita que experimente otros problemas de rodilla a futuro. Es importante destacar que el proceso de rehabilitación requiere tiempo y esfuerzo, en FisioClinics Palma nos esforzamos para lograr que la recuperación de nuestros pacientes sea en el menor tiempo posible.
Rehabilitación preoperatoria del LCA (ligamento cruzado anterior)
Como comentamos previamente la rehabilitación comienza desde el momento de la lesión, cuando esta ocurre previo a una intención quirúrgica planificada, se le denomina fase de rehabilitación preoperatoria. Se ha demostrado que esta rehabilitación es clave para la obtención de un resultado exitoso de la operación o cirugía de reparación del LCA. Por ello, desde el momento de la lesión se dan inicio a una serie de intervenciones terapéuticas, con el objetivo principal de reducir el dolor y la inflamación intra- extra- articular, seguido de la obtención de una mejor movilidad y rango de movimiento, y el mantenimiento del tono, la fuerza muscular y la propiocepción de la rodilla lesionada.
Los logros de estos objetivos con frecuencia se mantienen después de la cirugía, lo que conlleva a unos mejores resultados a corto y largo plazo. Algunas de las intervenciones fisioterapeutas realizadas en esta fase de la rehabilitación son:
- Educación postural y para el manejo del dolor.
- Aplicación de vendaje compresivo o el uso de inmovilizador ortopédico de la rodilla.
- Protocolo PEACE & LOVE (protección, elevación, evitar antiinflamatorios, compresión, educación, cuantificar la carga, optimismo, actividad cardiovascular y ejercicio terapéutico).
- Drenaje linfático manual (DLM).
- Ejercicios isométricos de cuádriceps.
- Entrenamiento de la marcha con uso de muletas.
- Ejercicios de amplitud articular en rangos no dolorosos.
- Preparación mental para condicionar al cerebro con vistas a una óptima recuperación, al paciente se le enseña que puede esperar del procedimiento quirúrgico y los procesos que se darán en la rehabilitación postquirúrgica.
Abordaje en agudo de lesiones por esguince o torceduras
Lo más recomendable ante una lesión de este tipo, es la aplicación de hielo sobre la rodilla. En el siguiente vídeo te dejaremos algunas recomendaciones terapéuticas como la aplicación de hielo, que te ayudarán a mejorar tu proceso de recuperación en la etapa aguda de esta lesión:
Rehabilitación posoperatoria del LCA (ligamento cruzado anterior)
Es importante destacar que un retorno temprano a una actividad vigorosa en esta fase de la rehabilitación, conlleva al riesgo de una nueva rotura del ligamento cruzado anterior operado en la rodilla, por lo que todos los pacientes operados deben ser consciente de la criticidad de las primeras semanas posterior a la cirugía y mantener las recomendaciones brindadas por su fisioterapeuta o médico.
Rehabilitación posoperatoria del LCA: Fase inicial (1-2 semana)
Posterior a la cirugía, el médico indica un inmovilizador u órtesis articulada para mantener inmovilizada la rodilla intervenida en unos rangos específicos, que se incrementan progresivamente en las próximas semanas. En esta fase el objetivo principal es controlar la inflamación de la extremidad, la hinchazón postoperatoria, el rango de movimiento y el control y la fuerza del músculo cuádriceps. Para lograrlo se indican intervenciones tales como:
- Crioterapia (bolsa de hielo o crio-pad aproximadamente 20 minutos cada 2 horas al día).
- Protocolo PEACE & LOVE a la extremidad operada (protección, elevación, evitar antiinflamatorios, compresión, educación, cuantificar la carga, optimismo, actividad cardiovascular y ejercicio terapéutico).
- Drenaje linfático manual (DLM).
- Ejercicios de tobillo y dedos para que funcione la bomba de gastrocnemio que permite mejorar el retorno venoso al mismo tiempo que se tonifican los músculos de la pantorrilla.
- Reeducación de la marcha con descarga parcial de peso con ayuda de muletas y con el inmovilizador puesto.
- Ejercicios de fortalecimiento isométrico del cuádriceps.
- Movilización de la rótula y tejidos circundantes.
- Ejercicios de amplitud articular (flexión pasiva entre 90° - 100° y extensión no dolorosa).
En caso de atrofia significativa del músculo cuádriceps e incapacidad para levantar la extremidad, el uso de electroestimulación para contraer el cuádriceps resulta beneficioso. Además, el uso de herramientas terapéuticas como tecarterapia, láser, electroterapia o TENS resulta ser favorecedor para el manejo de dolor y para fomentar los procesos de reparación en la zona lesionada.
Ejercicios que debes hacer para rehabilitar tu rodilla
En una fase inicial, además del control del dolor y la inflamación, también se busca recuperar la función neuromuscular por lo que es importante activar los músculos mediante el ejercicio. En el siguiente vídeo te mostramos como realizar algunos ejercicios para rehabilitar tu rodilla de manera satisfactoria. Es importante aclarar, que, aunque las recomendaciones son bastante claras, estas no remplazan el asesoramiento personalizado que puede brindarte un fisioterapeuta en consulta para tu caso en específico.
Rehabilitación posoperatoria del LCA: Fase de recuperación inicial (2-6 semana)
En esta fase se busca que el paciente recupere la marcha trabajando la fuerza muscular y la propiocepción de los miembros inferiores, de manera inicial se comenzará quitando una de las muletas, hasta quitar ambas muletas. De igual forma, en esta fase se busca descontinuar el uso de la órtesis, liberando gradualmente los grados de la órtesis. Además, se intenta aumentar la amplitud del movimiento de flexión y extensión de la rodilla, inicialmente de forma pasiva y luego asistida. Evitando en el proceso los estiramientos de la musculatura posterior del muslo, claro está en caso de que el procedimiento de reparación de LCA se haya hecho con un injerto autólogo de los isquiotibiales. Para lograr estos y otros objetivos, en esta fase se indican intervenciones tales como:
- Ejercicios de amplitud de movimiento pasivo y activo.
- Reducación de la marcha con descarga parcial de peso progresivo sin ayuda de las muletas al final de la 4 – 6 semana aproximadamente (dependiendo de la cirugía realizada).
- Entrenamiento con bicicleta estacionaria, inicialmente sin resistencia y con el asiento levantado.
- Ejercicios de fortalecimiento muscular progresivo de la rodilla (cuádriceps, aductor, abductor, bíceps femoral), isométricamente inicialmente, posteriormente con peso colocado por encima de la rodilla.
- Ejercicios de fortalecimiento isotónico de los flexores de rodilla en decúbito prono.
- Ejercicios de fortalecimiento isotónico del cuádriceps en un rango de 90 ° a 60 ° con la resistencia colocada en el extremo superior de la tibia (al finalizar la 6 semana).
- Ejercicios de equilibrio y propiocepción primero en el suelo y luego gradualmente sobre una superficie inestable.
Rehabilitación posoperatoria del LCA: Fase de recuperación parcial (6-12 semana)
Continuamos con los ejercicios de fortalecimiento de miembros inferiores con énfasis en el fortalecimiento de cuádriceps, isquiotibiales y gastrocnemio. Si el paciente no presenta inflamación, dolor y la amplitud de movimiento similar al miembro no afecto, se comienza a trabajar el control excéntrico que permita un entrenamiento más intensivo, así como también se intensifica el entrenamiento de la agilidad dinámica, equilibrio y propiocepción. Algunas de las intervenciones realizadas en esta fase son:
- Ejercicios de amplitud de movimiento, en caso de que los rangos normales no se hayan logrado aún en esta fase. Además, de ser necesario se aplicarán técnicas de terapia manual y estiramiento para lograr los grados de rango de movimiento de la pierna sana
- Ejercicios pliométricos de salto, aterrizaje y despegue.
- Ejercicios de fortalecimiento en cadena cinética cerrada (CCC) y en cadena cinética abierta (CCA) con resistencia a partir de la 12 semana.
- Ejercicios de equilibrio y propiocepción sobre superficies inestables.
- Crioterapia después de los ejercicios durante 10-15 minutos (siempre).
Rehabilitación posoperatoria del LCA: Fase de recuperación total (12-16 semana)
En esta fase se permite el movimiento isotónico de rango completo para fortalecer los cuádriceps, mientras se transfiere la resistencia a la mitad de la tibia. En caso de que el paciente sea deportista, el objetivo es recuperar el gesto deportivo que le permita un óptimo retorno a la actividad deportiva, esto mediante un entrenamiento cada vez más intenso, que no ocasione dolor ni hinchazón después del ejercicio. Sumado a la intensificación de los ejercicios realizados en las pasadas fases, se suman intervenciones tales como:
- Ejercicios de calentamiento dinámico (saltos, Shuffle lateral, carioca o vid, pies rápidos en el mismo lugar etc…).
- Ejercicios pliométricos y de control de aterrizaje multi-planar.
- Trabajo en cinta de correr que implique trotar y correr progresivamente.
Rehabilitación posoperatoria del LCA: Fase de vuelta a la práctica (>16 semanas)
Si la fuerza de los cuádriceps es al menos del 80% y la de los músculos de la parte trasera del muslo es del 85% de la fuerza comparado con el miembro sano, se da inicio al entrenamiento deportivo sin contacto, que avanza a la participación en el entrenamiento de contacto y finalmente participación o retorno a la actividad deportiva completa después del 4º-6º mes de la cirugía (este tiempo va a variar dependiendo de la técnica quirúrgica utilizada). Para que esto sea posible, el paciente debe presentar:
- Rango de movimiento completo.
- Rodilla sin hinchazón y estable.
- Prueba satisfactoria de salto con una sola pierna de la misma distancia que el pie sano.
- Prueba satisfactoria de equilibrio, coordinación y cambios de dirección.
- Ejecución simétrica de ejercicios especiales del deporte que practica.
Prevención de la Rotura de ligamentos cruzados
El riesgo de sufrir una lesión de ligamento cruzado anterior puede reducirse si se mantiene los músculos de la rodilla entrenados de manera simétrica, por ello una de las medidas preventivas será el entrenamiento neuromuscular. Teniendo en cuenta que la posición del pie altera la posición de la rodilla, es importante que durante el entrenamiento se usen zapatillas deportivas que mejoren el arco plantar y se adapten a las características del pie y el tipo de pisada del deportista.
Además, del entrenamiento simétrico y el uso correcto de zapatillas, el uso de equipo de protección en las rodillas durante el entrenamiento deportivo y la selección de deportes que ejerzan menos presión sobre la rodilla (por ejemplo, natación) podrían reducir el riesgo de sufrir una rotura ligamentaria de este tipo.
Ejercicios de propiocepción o propioceptivos de rodilla - Nivel inicial
El entrenamiento propioceptivo asegura un mayor control en los movimientos de las rodillas y de otras articulaciones del miembro inferior. Ya que la coordinación de la activación muscular de los agonistas – antagonistas de la rodilla, atenúa las sobrecargas a las que pueda verse expuesto el ligamento cruzado anterior. Por lo anterior, queremos mostrarte una rutina de fáciles ejercicios propioceptivos en el siguiente vídeo para que inicies un entrenamiento preventivo:
¿En cuánto tiempo se me puede curar una Rotura de ligamento cruzado anterior (LCA)?
Aunque el tiempo de recuperación es muy variable en cada caso, podemos decir que con el tratamiento adecuado las personas con una rotura de primer y segundo grado, se recuperan y vuelven a la actividad en 2 a 8 semanas. En los casos que la rotura sea total y requiera cirugía, dependiendo de la técnica quirúrgica utilizada, el período de recuperación dura aproximadamente entre 6 a 12 meses con rehabilitación y fisioterapia.
Mantener tu rodilla fuerte y fuerte es un punto que debes cuidar a lo largo de tu vida. Para que su rodilla esté completamente igual, después del tiempo de recuperación estimado, es posible que deba hacer sus ejercicios durante un año sin interrupción. Sin embargo, en el proceso de rehabilitación, puede reiniciar muchas actividades que solía hacer a medida que mejora. Tenga cuidado de no forzarse al principio, ya que este es crucial para la recuperación. También es posible que deba usar una rodillera mientras practica algunos deportes.
Nunca dejes de hacer ejercicios diarios de estiramiento y flexibilización mientras continúe con sus actividades deportivas, con la finalidad de reducir el riesgo de volver a lesionarse a futuro.